El mundo ha estado siendo fuertemente sacudido en este tiempo. El temor ha embargado muchos corazones con la excepción de aquellos que tienen sus corazones guardados en Cristo Jesús y habitan bajo las Alas del Omnipotente.
Hoy solo me limitaré a escribir parte de lo que el Señor me ha mostrado para traer un rayo de esperanza y para que permanezcamos firmes con los ojos fijos en Cristo el Señor en todo tiempo.
Mientras meditaba recostada en mi cama tuve una hermosa visión, miraba un grupo de personas en un lugar bien elevado, ellos estaban fijos mirando al horizonte esperando a que el sol saliera. Habían muchas nubes y el día estaba a punto de amanecer.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en todos los problemas. Por eso no tenemos ningún temor. Aunque la tierra se estremezca, y los montes se hundan en el fondo del mar; aunque sus aguas bramen y se agiten, y los montes tiemblen ante su furia.
Dios está en medio de la ciudad; por eso, la ciudad no será conmovida; ya en la mañana Dios le brinda su ayuda.”
Salmos 46:1-3, 5
Mientras meditaba en lo que había visto el Señor puso esto en mi corazon; Pronto va a amanecer. Pronto esta crisis va a pasar. Pongamos nuestros ojos en Cristo el Sol de la Mañana porque su justicia viene y no se detendrá.
Esta palabra es solo un rayito en la inmensidad de lo que nuestro Señor está revelando en este tiempo. No perdamos la esperanza, no nos inclinemos ante el temor y permanezcamos confiados. Los planes del Señor son más altos y poderosos.
Este es un tiempo para adorar el Nombre de nuestro Señor. El único que gobierna nuestras vidas. Es tiempo de enderezar las veredas y alinearse con la voluntad de Dios. Es tiempo de volverse del pecado y rendirse delante de aquel que lo sostiene todo en sus manos.
Viene un rescate y los entendidos ya lo saben.
Paz
Jireh Gerch
Jireh Gerch 