El desorden tiene el poder de estancar el fluir de las cosas.
¿Te has fijado que cuando un lugar está desordenado es más difícil ser productivo?
¿Te has fijado que a mayor desorden, mayor el peso de no saber ni siquiera por dónde comenzar?
¡Qué sensación más desagradable!
Ya sea en tu entorno o en tu mente, el desorden te roba el tiempo, la energía y la creatividad baja, te absorbe el ánimo y hasta te paraliza con la sensación de no saber cómo salir o por dónde empezar.
Porque Dios no es un Dios de desorden, sino de paz.
1 Corintios 14:33
El desorden te priva de la paz.
Los espíritus inmundos les encanta estar en lugares desordenados porque ellos son contrarios al carácter de Dios. Es como un nido para ellos provocando estancamiento, tristeza, desánimo y un sinnúmero de cosas más.
Aclara tus espacios y organiza, mueve las cosas de lugar, pon adoración que exalten el nombre del Señor y alábalo, eso aclarará el desorden en la esfera que no se ve y traerá paz y descanso porque cuando el ambiente del reino de la luz invade un lugar todo lo pesado sale.
Si tu mente está llena de pensamientos a la hora de dormir y no puedes acallar tus pensamientos, una buena opción sería escribir todas esas cosas en un papel justo antes de acostarte y preséntaselas a Dios. Declara este verso y créelo:
En paz me acuesto y me duermo porque solo tu Señor me haces vivir confiado
Salmo 4:8
Y este otro verso es mi último consejito:
Mi paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.
Juan 14:27
Declaro la paz de Cristo sobre tu vida, que toda tu mente y corazón se aclaran, se despeja tu entorno de todo lo pesado y lo que te está trayendo confusión y desorden. Declaro en el nombre de Jesús que logras escapar y entras en un nuevo tiempo de orden y paz en todas las áreas de tu vida. Amén
Con amor,
Jireh Gerch